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Las recientes iniciativas en materia de sostenibilidad en la industria de la moda


La moda es la segunda industria más contaminante del mundo, por ello el sector ha ido tomando iniciativas en la materia. La más reciente y significativa tuvo lugar en agosto en Biarritz, donde se aprovechó la Cumbre del G7 para presentar el “Fashion Pact”, presidido por Emmanuel Macron y por François-Henri Pinault, presidente del segundo conglomerado de lujo más grande del mundo. El acuerdo consiste en fijar unas bases para reducir la contaminación y hacer que la moda sea cada vez más sostenible. Se fijaron tres objetivos claros: detener el cambio climático, restaurar la biodiversidad y proteger los océanos. Algunas de las empresas más importantes de la industria a nivel mundial fueron las firmantes del “Fashion Pact” (el 25 de octubre del 2019 ya contaba con 56 miembros), desde marcas de lujo como Hermès o Chanel, hasta marcas low cost como el grupo Inditex ,H&M o Adidas.

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Las estrategias de las marcas en materia de sostenibilidad vienen desde mucho antes; pionera en este sentido fue Stella McCartney, quien eliminó el uso de pieles en sus colecciones e investigó el uso de materias primas sostenibles. Asimismo, en lujo, Burberry se comprometió a dejar de destruir los productos que no se habían vendido; Chanel colabora con organizaciones y start-ups para la investigación de nuevas materias primas más sostenibles, como Evolved by Nature, que trabajan con la denominada seda ecológica. Por otro lado, Adidas ha ido incrementado el uso de algodón sostenible y fue de las primeras en reducir el uso de PVC y erradicar el uso de químicos tóxicos, así como el uso de bolsas de plástico en sus tiendas. Por su lado, el grupo Inditex apuesta por la sostenibilidad en toda su cadena de valor, cuenta con partners como el prestigioso MIT (Massachussets Institute of Technology) e incluso ha creado una comisión especializada en sostenibilidad en su consejo de administración, incentivando a sus directivos con bonus para los posibles avances que se realicen en la materia.

Las marcas se siguen esforzando para adecuar su modelo a la sostenibilidad. Recientemente H&M ha anunciado un nuevo servicio de alquiler de prendas que únicamente puede probarse en la tienda de Estocolmo; si después del periodo de prueba de 3 meses el resultado es satisfactorio, pretenden extenderlo a otras tiendas de diferentes países. Además, en su Flagship store de París disponen de un espacio para poder arreglar las prendas, personalizarlas y cuentan con productos para su cuidado. Proyecto similar es el que acaba de implantar la marca española Camper, lanzando en sus tiendas un servicio para la reparación y el reciclaje del calzado, y ha informado a sus clientes que la reparación del primer par de zapatos se hará en 24 horas y de forma gratuita. La marca, con el fin de unirse a las tres “R” de la economía circular, ha firmado un acuerdo de financiación con el banco BBVA para la inversión en materiales sostenibles en el proceso de diseño y fabricación del calzado.

Algunas de las empresas de moda también intentan concienciar en este sentido a través de su publicidad, como es el caso de Adolfo Domínguez con una de sus últimas campañas, “Piensa. Luego Compra”, con la que pretende hacer reflexionar a los compradores con un consumo sostenible, prevaleciendo la calidad ante la cantidad.

Antes de que surgiera toda la polémica de la contaminación de la industria de la moda ya había marcas que se preocupaban por incluir en sus productos materiales naturales o reciclados, por ser los únicos que había o incluso para ahorrar algunos costes. Ejemplo de ello es la marca de zapatillas Victoria, que sigue utilizando en la suela de sus zapatillas neumáticos reciclados, y como ese olor era tan fuerte lo camuflaban con olor a fresa, ahora tan característico de la marca. En la actualidad Victoria sigue utilizando algodón orgánico y reciclado, aseguran que el valor de la sostenibilidad siempre ha estado en su ADN, aunque ahora han decidido comunicarlo con su proyecto “No Trace” y con la línea “Dear World”.

COP25, cumbre del clima

No podemos dejar de mencionar a la empresa española ECOALF, especializada en crear productos con materiales reciclados, con su iniciativa “Upcycling the Oceans” recuperan la basura de los océanos y la transforman en hilo, es conocida por su lema “Because there is no planet B”.

Con todas estas iniciativas poco a poco se van viendo avances, prueba de ello es que en 2008 la industria europea del textil y el cuero emitió 11.464 millones de toneladas de dióxido de carbono y en el 2017 esta cifra se redujo a 8.699 millones. En este sentido, la ONU, junto al empresario Kerry Bannigan, están llevando a cabo la “Conscious Fashion Campaign para promocionar y educar a las empresas del sector de la moda a incorporar en sus modelos de negocio un compromiso con la sostenibilidad.

Sin embargo, todo ello no parece suficiente para los activistas en contra de la contaminación, que, por ejemplo, el 5 de diciembre de 2019 una treintena de ellos ocuparon la entrada de la tienda Zara de Gran Vía en Madrid con carteles como, “Palabras verdes, verdades tóxicas”, en protesta de las últimas campañas realizadas por la compañía entorno a esta problemática.

Este lunes, aprovechando la Cumbre del Clima en Madrid, se han presentado las conclusiones del Fashion Industry Charter for Climate Action (Ficca), perteneciente a la United Nation Framework Convention on Climate Change de las Naciones Unidas, cuyo objetivo para 2050 es alcanzar cero emisiones netas de carbón, reduciendo las cifras de forma porcentual de año en año, así como, tomar avances en la descarbonización, en la investigación de materias primas, formas de producción y energía, logística, política…. Algunas de las empresas que forman este acuerdo son Inditex, Gap, Levis Strauss, Burberry o H&M, entre otras.

A este importante pacto se une el acuerdo “New Plastics Economy” impulsado por Ellen MacArthur para eliminar el consumo de plásticos de un solo uso y a centrarse en un enfoque circular, manteniendo estos materiales el mayor tiempo posible para su uso y luego darles una segunda vida. Esto mismo se ha trasladado a empresas como Patagonia, con su programa “Worn Wear” con la apertura en Colorado su propia tienda de segunda mano y ropa creada a partir de piezas textiles desechadas para, al igual que el plástico, la vida útil de un producto sea más larga y así reducir la huella ambiental.

Como vemos, las empresas del sector de la moda realizan proyectos individuales en sus compañías, pero también se unen con otras para conseguir una industria más sostenible.

Sandra Bravo

Abogada Dpto. Fashion Law

Contiac Abogados
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